Queremos tanto a Gino Renni
Por Alejandro Frenkel
Gino Renni, o mejor dicho Luigi Melieni Mollo vino a La Argentina [1] en la tierna infancia, junto con toda su familia, desde Calabria. Desde el principio su vida parecía extraída de la novela Corazón [2], de Edmundo D’amici: sufrida, sufrida y…sufrida. De lo que acontece no sé nada, pero sí imagino con un acordeón de fondo, Luigi con pantalón cortitos aunque fuera invierno, vociferando en cocoliche, una madre titamerellesca en el fondo limpiando sábanas para “afuera”, y un padre que trabaja en el mercado del Abasto. Ah, qué épocas aquellas cuando se podía romantizar la pobreza libremente. En fin.
Luigi soñaba con interpretar las canciones típicas italianas, que como todos bien sabemos se deben cantar con la voz disfónica. Parece que es bueno: es contratado por varias radios a inicios de la década del 60. A los diecinueve años llega al programa de Pipo Mancera, luego La cantina de la alegría y participa en el inolvidable Club del Clan. ¿Más? Sí, cual rockstar hace giras por Latinoamérica y Estados Unidos; llena estadios mal. Pero [3] por razones que no llega a entender ni él siquiera, deja su promisoria carrera de cantante por la de comediante. Hace “La tuerca”, “Los Campanelli”, “Disparate S.A.” ,”Operación jaja”, “Mesa de noticias”, “La peluquería de Don Mateo”. Aprovechando su origen italiano, hace chistes de doble sentido con la palabra horticultura e instala en la memoria colectiva palabras como “assassino” [4]. El éxito comercial se traslada al cine donde sigue representado ese tío italiano que todos tenemos medio loco, medio verde, medio melanco, medio pesado.
Hice un punto y aparte porque hay un hecho extraordinario. Me hubiera gustado armar un perfil sobre dos facetas en pugna: el cantante vs el comediante. Tenía pensado hacerme el canchero y utilizar la estructura del cuento “Sur”, de Borges, pero Luigi, o su vida mejor dicho, se escurre. El hecho extraordinario que mencioné antes es la convocatoria en el año 1991 para hacer Noche de Reyes, de William Shakespeare, dirigida por Alberto Ure. En esa obra estaban Vera Fogwill, Tina Serrano, Mario Alarcón y claro, él. La crítica la destrozó, desde el progre páginadoce, pasando por el medio de Mitre y su enojo por dilapidar fondos estatales en tamaño espanto, hasta Ámbito Financiero que criticó la bijouterie de las actrices. No hay nada en youtube, no conozco a nadie que la haya visto; en el aleph de la compu no hay mucho más [5], solo que nuestro muchacho en cuestión tuvo dudas de estar haciendo lo correcto. Pero [6] Ure siempre lograba calmarlo diciendo que algunos actores pertenecen a la patria culturosa y otros, a la patria popular.
Éste último, tiempo más tarde afirmaría: “Puede ser que tantas objeciones a Noche de Reyes se afirmen en algo cierto: en algunos lugares hay que ser serio, porque si estos lugares dejan de serlo, ¿qué harían los que se toman en serio a ellos mismos? La sala “Martín Coronado” del “San Martín” es un lugar serio, y yo no tengo por qué ensuciarlo con estos grasas, cuya compañía prefiero y con los cuales me retiraré encantado (...). En fin, sólo fue un malentendido”.
Gino Renni fue preso de ese malentendido que construyó la crítica y los espectadores de la época. Nunca más volvería a participar de un evento de estas características. Yo quiero bienentender e imagino que la rompió al interpretar a Feste (supongo que hizo este personaje, ¿cuál otro podría haber hecho sino?: un bufón con tintes nostálgicos) y que debe haber cantado sobre el final con su clásica voz de tano hermosa que tenía:
Ya se ve, unos nacen grandes, otros alcanzan grandeza, y a otros la grandeza se les echa encima.
[1] En un tutti frutti, me dieron por inválida en países con L, La Argentina, el cual es el nombre real. Te digo más: así figura en la Constitución Nacional.
[2] No leí la novela, pero sí vi su versión animada por Cablín en el año 1990.
[3] ¿Cuántos “peros” caben en una vida? (quise tirar una interrogante profunda cual estiletazo, y no pasó de escarbadiente me parece)
[4] Llegó a hacer una canción que se tituló “Assasino rock”.
[5] En el dossier por los sesenta años del Centro Cultural San Martín (CABA), se refieren a la versión de Ure como “discutida”. Ah también actuó Divina Gloria.
[6] Otro pero más. Y van…